lunes, 8 de junio de 2009

Tratamiento Desconocido

Estos tratamientos son conocidos desde hace más de cuatro décadas, cuando el Dr. Bernard Rimland, investiga los efectos de las altas dosis de vitaminas en los pacientes con Autismo. La aparición de cambios positivos en el comportamiento de estos pequeños, lo indujo a pensar que más allá de ser el autismo una patología cerrada, es decir, donde no hay posibilidades de acciones externas, cabía la posibilidad en cambio, de modificar el comportamiento. Ese fue el inicio de una trayectoria que ha pasado por diversos autores que mencionamos a continuación:

1978- Se habla por primera vez de los “efectos tóxicos” de algunos alimentos.

1981- El Dr. Reichelt, demuestra que la digestión incompleta del Glúten y Caseína, producen sustancias opiodes, que pueden ser absorbidas por el intestino.

1991- El Dr. Shattock, demuestra que dichas sustancias son elementos importantes en el comportamiento de los niños con Autismo y TDHA.

El Dr. Waring, de la Universidad de Birmingham de Londres, revela que estos niños presentan el déficit de una enzima conocida como Sulfuro Transferasa, responsable de detoxificar el organismo y de eliminar los excesos de hormonas y neurotrasmisores, así como la falta de metabolización de los fenoles.

Las observaciones realizadas por el Dr. Teuvo Rantala, nutricionista clínico, (Helsinky), revelan que la los opioides son la causa base del Síndrome Autista, que el Autismo no se debe considerar como déficit mental y que la valoración temprana del niño, es fundamental para su recuperación, siendo ideal la valoración del Riesgo Autista por debajo de los 5 años.
El Dr. Jon Pangborn, publica “Autismo, Efectividad de los tratamientos Biomédicos” (Abril 2005). Es también un gran defensor de la tesis que relaciona el thimerosal (mercurio) en las vacunas y el Síndrome Autista. Su video puede ser visto en el siguiente enlace de YouTube: Dr. Jon Pangborn on The Vaccine Autism Connection:



Estos y muchos otros datos más, pueden ser recogidos desde internet, medios especializados en el tema y desde las páginas de las asociaciones de niños autistas, presentes en todos los países.

El motivo del “desconocimiento” del tema autismo-tratamientos biológicos, respeta a claros intereses creados por la industria farmacéutica. Baste solo pensar, que los productos más vendidos son los antidepresivos, neurolépticos y reguladores neurovegetativos.



Con una industria bien afianzada, sobre una clase médica muchas veces complaciente, que no cree en lo que predica: “La medicina basada en la evidencia”. Allí tenemos 1.000 niños que han, salido del Autismo, listos para ser valorados. Pero aún con las mejores intenciones, la presión es tal, que más allá de estas evidencias, de niños que han mejorado hasta niveles que rayan la curación, suelen estos mismos galenos afirmar que, “Si el niño se ha curado, entonces no era autismo”.

Una lamentable forma de ver las cosas, aún más clara e indiferente si el problema no nos ataña de cerca.

Para los médicos, que sí han querido escuchar más allá de sus propias creencias, se les ha abierto una puerta de conocimientos que progresivamente no ha hecho más que sorprendernos. Día a día hay cosas nuevas, día a día los niños mejoran. La carga emocional implícita en quien indica los tratamientos, me atrevo a decir que es similar a quien los realiza, los padres.

Para nosotros, son los padres, los verdaderos artífices de este milagro. Con su ahínco, dedicación y amor, pueden valorar los progresos obtenidos, y ser los jueces del Protocolo Biológico, en la espera que la medicina oficial vuelva a recuperar un poco de sus cimientos pasados y reconozca que se ha equivocado y que vale más darle una oportunidad a este tratamiento, para el beneficio de tantos niños.

Estudios Científicos

Partimos de un punto de vista muy claro: actualmente el diagnóstico de Autismo, o Síndrome Autístico, es de tipo neuro-psicológico, es decir, se basa fundamentalmente en test y pruebas neurosensoriales, que a veces son tan inconcluyentes que favorecen diagnósticos diversos a según de la experiencia del profesional que examine al niño.
Según la Sociedad Española de Neurología Pediátrica, el Autismo es:

Un conjunto de trastornos en el que coexisten tres grupos de manifestaciones:

1.- Trastorno de la relación social.

2.- Trastorno de la comunicación, incluyendo
comprensión del lenguaje y capacidad de expresión.

3.- Falta de flexibilidad mental, que condiciona un
espectro restringido de conducta y una limitación en
las actividades que requieren cierto grado de
imaginación.

La realidad es que no es tan claro como parece. Ninguna de estas aseveraciones, pueden ser comprobadas, solo se remiten a ver cuales características son las más comunes y que se repiten en estos niños.

Los tratamientos biológicos en cambio, se basan en datos objetivos, de tipo bioquímico, obtenidos de muestras de cabello, orina, sangre, heces, que comprueban la existencia de una modificación bioquímica, una alteración inmunológica o un trastorno enzimático.

Existen numerosos reportes de los efectos negativos que ejercen estas alteraciones sobre la comprensión, la actividad neurosensorial y motora, y como la restitución de nutrientes o la restauración de equilibrios bioquímicos alterados, se refleja en un cambio positivo en las actividades cerebrales del niño.

El TB está siendo objeto de estudios continuos, para lograr la mayor efectividad en el menor tiempo posible.

Uno de los estudios más importantes que se realizaron a mediados del año 2004, reveló, en muestras de biopsia intestinal, una intensa alteración inmunológica en la membrana basal y de los enterocitos (las células propias de la pared intestinal).
Esta alteración es conocida hoy como Enteritis Autística, y es la representación anatómica de los cambios bioquímicos que presentan estos pacientes.

El TB, nace de todos estos hallazgos y existen estudios y experiencias de médicos y familias, que lo apoyan en forma incondicional.

Pacientes Recuperados

Los pacientes recuperados, se cuentan en cientos. Las cifras con toda seguridad son mucho mayores que las que tenemos, ya que son tratados por los propios padres y que no figuran en las fichas clínicas de ninguna organización.

Podemos asegurar que en tantos años de seguir el TB, con variantes que hemos añadido por la llegada de nuevas informaciones y nuevas analíticas, nunca hemos visto niños que no avanzaran en el desarrollo de sus capacidades neurológicas. Podríamos decir incluso que hemos visto mejorías que van desde un tímido 10 por ciento hasta cambios radicales, que rozan el 100 por ciento.

Debido a que nos movemos en un ámbito netamente objetivo, es decir, comprobamos las necesidades de cada paciente y sobre ellas actuamos, no tenemos en la actualidad ningún tipo de analítica que nos hable de pronóstico, de consecuencia, no podemos asegurar a los padres cuánto mejorarán sus hijos.

Si existe una clara componente genética neurológica, como es el Síndrome de Rett, el Síndrome del X frágil, o mosaicismos diversos, es de esperar que la mejoría o la recuperación, no es la que esperemos.

En todos los demás casos, siempre aconsejamos comenzar, en forma simple, pero guiada por el especialista, y ponerse metas a corto, mediano y largo plazo. Solo con la valoración de la mejoría de vuestros hijos, estarán capacitados y fortalecidos para seguir adelante.

No se creen falsas expectativas de curaciones milagrosas. El Protocolo Biológico, está muy lejos de querer estimular esas creencias. Pero igualmente, no queremos que por desconocimiento, existan padres que no inicien una terapéutica tan sencilla como eficaz y que queden entonces marginados de un beneficio para sus hijos, que seguramente podrían obtener.

Hacemos parte de diversas organizaciones internacionales, en Italia, España, Suecia, Alemania, Estados Unidos, México y Venezuela, todas con un mismo propósito el seguir ofreciendo un tratamiento natural y efectivo, que se base sobre hechos objetivos y que puedan ser demostrados con los resultados satisfactorios obtenidos.

La buena noticia, es que existe un tratamiento natural, que no hace daño a los niños, la mala noticia sería el no intentarlo.

Resultados

¿Cuando veremos resultados?
Es una pregunta que la oímos constantemente, pero lamentablemente no tenemos a la disposición ninguna analítica que hable de pronóstico.

Es importante aclarar a todos los padres, que el Tratamiento Biológico (TB), es un proceso largo que se verá afectado por la velocidad de función hepática individual, es decir, que cada uno de nosotros tiene una determinada velocidad de producción, eliminación y procesamiento hepático.

Por este motivo, la evolución que se observa en los niños es tan dispar. Algunos alcanzan una mejoría sorprendente en el giro de un año o año y medio, mientras que otros lo hacen en el doble de tiempo y solo pocos en la mitad de ese período.

Existen de todas maneras, evoluciones satisfactorias que a veces son sorprendentes, una vez iniciada la dieta libre de Glúten y Caseína. Esto es lo que ha llevado a muchas familias a iniciar el tratamiento por su cuenta, pero al llegar al primer escollo, no saben cómo seguir o se ven envueltos en una saga interminable de información que hace perder el tiempo a los pequeños y dificulta el tratamiento posterior.

En líneas generales, los primeros beneficios del TB suelen verse a los pocos meses o semanas de iniciado. Luego suele haber un momento de “parada” que puede llevar algunas semanas. En este momento es donde se deben realizar los cambios cruciales en el tratamiento e individualizar cada caso. Veremos cambios a veces sutiles y a veces más claros en la mayoría de los niños, cambios lentos, pero sostenidos en el tiempo.

Es crucial en esta etapa, contar con el apoyo de estimulación neuro-sensorial adecuado para cada caso, ya que en esta etapa es cuando el niño tiene mejor feed-back, es decir mejor captación del entorno y mejor respuesta consecuente.

Siempre aconsejamos a los padres, no desesperar, porque los niños tendrán sube y bajas como en “diente de sierra”, pero siempre hacia arriba, hacia la mejoría.

Lamentamos no poder contar en la actualidad con método objetivo que nos dé el pronóstico anticipado, es decir, antes de iniciar el tratamiento. Esto es debido a que la componente genética, que evidentemente está presente, no es del mismo grado en todos los niños y eso dificulta la apreciación a futuro de la evolución del problema.

Otro elemento que hay que tener en cuenta es la edad del niño y el sexo. Suelen evolucionar más rápidamente los varones menores de 6 años. Esto no quiere decir, que excluimos a priori las niñas y los mayores de esa edad. Estos dos últimos grupos, han tenido también excelentes evoluciones y algunos han logrado salir del autismo.

Riesgos

Como hemos dicho antes, el mayor riesgo es hacer las cosas por uno mismo o que lo haga un personal no calificado. En ambos casos los riegos son muchos hasta el empeoramiento de la situación inicial.

Eso no quiere decir que no encontremos niños a los que les ha ido bien al cambiarle la dieta o darle al azar (o por sugerencia de alguien más), una vitamina o antioxidante. Pero estos niños están en grave peligro si en un momento dado se complican las cosas, porque allí solo el personal capacitado sabrá que hacer.

El problema radica en que en los casos de niños “mal llevados”, hay que hacer una especie de “borrón y cuenta nueva”. Esto implica comenzar casi desde el principio en muchos casos, ya que desconocemos muchas veces la componente bioquímica celular debido a que los niños recibieron tratamiento sin ser seguidos con las analíticas adecuadas.

Insistimos, en buenas manos: NO hay riesgo alguno.

Existen a veces incomodidades como por ejemplo la agitación que puede tener algún niño durante la destrucción de los hongos intestinales (ej. Cándida Albicans), que son síntomas pasajeros. O la del cambio de la rutina alimentaria, que según mi punto de vista es la más compleja de llevar por los padres, más que por los hijos. Ellos son inteligentes y perceptivos, luego de un tiempo de rechazo, se acoplan perfectamente al sentir el beneficio que les trae la nueva dieta.

En conclusión, podemos sostener que no existen riesgos.

Mejoría

¿EXISTE ALGUNA POSIBILIDAD DE MEJORA CON ESTE TRATAMIENTO?

La respuesta a esta pregunta puede y debe ser un ¡SÍ!

En el transcurso de todos estos años, hemos visto llegar niños con diagnósticos sombríos, donde no cabría ningún tipo de terapia posible. Estos niños mejoraron con el Tratamiento Biológico.

Estamos lejos de querer crear falsas expectativas, pero sería deshonesto decir que los niños no mejoran. Sería aún más deshonesto si dijéramos que a algunos niños, sus propios neurólogos les han quitado el diagnóstico inicial de “Autismo”, por considerarlo otro tipo de patología: “…si se ha curado, entonces no era autismo” es la frase que recurre en nuestra consulta. Lo cierto es que nos llegan con ese diagnóstico, ¡no lo damos nosotros! Y al final de la terapia se encuentran cambiados, como así lo revelan padres, educadores y hasta neuroterapeutas.

El Tratamiento Biológico se basa en elementos naturales, tratando de dar una segunda posibilidad al cerebro de responder e integrarse. Todo bajo la luz objetiva de las analíticas, donde cada paso es explicado exhaustivamente.
Si bien la experiencia que hemos adquirido, nos daría la posibilidad de anticiparnos con las terapias, esto nunca lo hemos hecho y nunca lo haremos, por respeto a los padres y sobre todo al niño, que se merece ser tratado como un ser individual y no como un mero número estadístico, donde todos reciben lo mismo y donde el margen de error y de complicaciones se multiplica enormemente.

No hay que temer al Tratamiento Biológico, hay que temer el no hacer nada por el niño, hay que temer el tratarlo por su cuenta, hay que temer el ponerse en manos de personas no capacitadas.

miércoles, 3 de junio de 2009

Testimonios

Si desea contar algún testimonio sobre el desarrollo de un paciente, que crea pueda ser de ayuda a otros padres, le invitamos a compartirlo en este espacio.

Le recomendamos el uso de un pseudónimo para protejer su intimidad y la de los suyos.

Preguntas Frecuentes

Esta sección es para que los lectores formulen las preguntas que deseen. Cualquier duda será contestada lo antes posible.

Les invitamos también a participar en nuestra sección de testimonios.

Efectos del Mercurio en las neuronas cerebrales

martes, 2 de junio de 2009

Tratamiento Biológico



El Tratamiento Biológico para el Síndrome Autístico y TDHA (TBSA), se compone de tres fases fundamentales:

A) INFORMACIÓN E INDICACIÓN DE ANALÍTICAS

B) REVISIÓN DE ANALÍTICAS, INICIO DE DIETA, SUPLEMENTOS Y
RECUPERADORES INMUNOLÓGICOS

C) DESINTOXICACIÓN DE METALES PESADOS (QUELACIÓN)

Siempre sugerimos que se siga este esquema, debido a que muchas veces los padres, estimulados por el éxito obtenido en otros niños, tienden a iniciar, por su propia iniciativa, la dieta libre de glúten y caseína, dejando a los expertos en TBSA sin una información vital: los niveles originales de morfinatos (caseomorfina y gluteomorfina) que circulan en la sangre y son los responsables de gran parte del déficit de atención y del mal procesamiento de la información que recibe sus cerebros.
Al iniciar la dieta, es importante señalar, que a pesar de que realizamos la dieta libre en GLÚTEN y CASEÍNA, no generalizamos en lo absoluto, ya que existen múltiples facetas y han de ser consideradas todas, para lograr la dieta adecuada para cada caso.
A pesar de que existen numerosas analíticas, que realizamos en reconocidos laboratorios internacionales, muchas veces son solo los ensayos con determinados alimentos, lo que nos lleva a prescribir la alimentación correcta.

Las reacciones que más frecuentemente se han observado en el ámbito de la alimentación, son reconocidas como alergias, intolerancias o alterada eliminación de determinados nutrientes.
Todo esto se analiza detalladamente, integrando en forma lenta y progresiva los nuevos alimentos y los soportes nutricionales que necesita el niño.
Esta fase es la más delicada, debido a que los niños no son proclives a cambios en su dieta, ya que los hábitos alimentarios giran alrededor de determinados y pocos alimentos.

Los padres cumplen una función fundamental siendo los únicos capaces de modificar ese comportamiento rutinario y compulsivo hacia determinados alimentos.

El amor y la dedicación de los padres, juegan un papel fundamental para obtener el mayor beneficio de esta terapéutica.
Es por ello que estimulamos a los padres a fortalecer aún más los lazos afectivos con sus hijos y comprender que muchas de las actitudes que tienen los niños con esta síndrome, son producidas por elementos externos, como la arabinosa que actúa excitándolos o los morfinatos que actúan deprimiéndolos.

Los suplementos nutricionales y los nuevos alimentos deben incorporarse lentamente, pero sin tregua, es decir, sin omisiones y parcialidades. Si los padres no actúan en una forma homogénea durante toda la terapia, si saltan las tomas de los nutrientes o alteran la dieta porque el niño se lo exige, bajo la influencia de las drogas endógenas mencionadas, lamentablemente todos perderemos un tiempo precioso, siendo el niño el que tiene más que perder ya que el cerebro se desarrolla por etapas y la comprendida en los primeros 6 años es la más crucial.

Una vez iniciada la dieta y los suplementos nutricionales, se sigue un control que idealmente debería ser mensual, para modificar progresivamente la terapia a la medida del niño.

De las analíticas iniciales, solo se repetirán con diferente regularidad aquellas que sirvan para ajustar el tratamiento.

Una vez logrado el equilibrio de la inmunidad intestinal y sanguínea, ya la vez se ha logrado una buena absorción de nutrientes, luego de un tiempo estimado en la mayoría de los casos, entre 3 y 6 meses, se pasa a la fase de desintoxicación.

La desintoxicación no debemos considerarla como una terapia más, ya que se trata de sustancias químicas, que si bien en nuestra larga experiencia hemos aprendido a escoger las mejores y más naturales, pueden conllevar riesgos si son utilizadas por personas no autorizadas por las entidades sanitarias.

El Quelador Clínico es un especialista en el ámbito de la Toxicología, ciencia médica que se imparte en las más prestigiosas universidades en la facultad de Medicina.

Vemos con mucha preocupación, la utilización de quelantes químicos por profesionales no titulados o por los mismos padres, quienes informados por familiares de otros niños o captando información de forma aleatoria por internet, estipulan su propio “protocolo de quelación”, sin tener en cuenta el gran riesgo de desmineralización y alteración del equilibrio corporal que puede existir.
Esto, más que ayudar al niño, puede empeorar sus problemas de base.

Por este motivo, hacemos un llamado a todos los padres para que se abstengan de realizar cualquier terapia de desintoxicación sin la tutela o vigilancia de un médico experto Quelador Clínico.

Una vez iniciada la fase de desintoxicación (quelación), los controles deben ser más estrechos, para valorar los posibles cambios en el equilibrio interno de minerales, antioxidantes y nutrientes en el niño.

El tiempo de duración, dependerá de la capacidad del hígado de manejar la carga de tóxicos y quelante que reciba. Esta capacidad es conocida como metil-sulfatación- hepática.
Esta velocidad, que es de carácter genético, es la responsable final de la desintoxicación, pudiendo ser necesarios, 8, 16, 24 meses o más.

La escogencia del quelante, es específico para cada caso, ya que muchas veces se necesitan más de uno porque son diversos metales tóxicos los que se encuentran presente.

En el transcurso de casi 20 años, hemos visto nacer y desaparecer numerosos tipos de quelantes hasta llegar a la actualidad, donde nos hemos inclinado en una forma natural de desintoxicación que nos ha dado numerosas satisfacciones por la buena respuesta toxicológica y la recuperación clínica que se le relaciona. Todo ello sin casi presentar efectos adversos.

Una vez que hemos desintoxicado en forma efectiva al niño, el Tratamiento Biológico continúa con los nutrientes y controles ya más esporádicos, tratando durante y posterior al tratamiento que el niño reciba la estimulación adecuada para su edad.

En conclusión, podríamos decir, que lejos de ser un tratamiento “sin fin”, el Tratamiento Biológico, sigue pautas bien precisas y que necesita cumplir determinados eslabones antes de pasar al siguiente. Hay un inicio y un final de la terapia, pero aún así seguimos dando apoyo en cuestiones inmunológicas y de nutrición hasta la máxima recuperación del niño.

Tratamientos

En la actualidad existen diversos enfoques en el tratamiento del niño autista, de tipo comportamental y con el uso de bloqueadores o activadores de la actividad cerebral.
El Protocolo Biológico, viene a ser una válida tercera opción, basada en estudios biomoleculares, se instalan terapias que nos llevan a corregir las deficiencias en el sistema inmunológico, hépato-intestinal y de nutrición celular.

El Protocolo Biológico para el Autismo y TDHA, a nivel internacional debe estar constituido por diversas especialidades:

· Padres
· Pediatra
· Quelador clínico
· Inmunólogo
· Nutricionista
· Gastroenterólogo
· Neurólogo Infantil
· Psiquiatra Infantil
· Psicólogo comportamental

Podemos ver, que se trata de un enfoque multidisciplinario, que nos lleva a examinar el niño en forma completa, siguiendo un protocolo bien demarcado con un inicio y un final.

En ningún momento se indican tratamientos con sustancias neurolépticas, ni se eliminan o sustituyen terapias indicadas por los colegas neurólogos o psiquiatras. Es competencia propia de estas especialidades, el quitar o modificar los tratamientos indicados.
Existen numerosos protocolos de estimulación como el ABA, LOBAS, el Neurosensorial, estimulación con animales o música.

Todos ellos suelen ser beneficiosos en algún grado para las diferentes edades, pero lo son aún más cuando se utilizan como complemento del TRATAMIENTO BIOLÓGICO Esto equivale a ofrecer el mejor terreno para que la semilla del aprendizaje pueda florecer.

Este protocolo, nunca desdeña las actividades de refuerzo, todo lo contrario, trata de estimularlas, de manera que se pueda actuar en conjunto y llevar adelante el protocolo sin pérdidas innecesarias de tiempo.

ACTIVIDADES DE ESTIMULACIÓN SUGERIDAS

· ABA (Applied Behavior Analysys)
· VB (Verbal Behavior)
· LOVAAS
· HIPOTERAPIA
· PET
· TOMATIS

En la actualidad siguen los estudios sobre las terapias de estimulación y cada día vemos aparecer nuevas, pero su uso debe ser siempre indicado por el neurólogo pediatra o por el psicólogo comportamental que trate el niño.

Las terapias de estimulación neurosensorial, pueden ser realizadas en forma paralela al Tratamiento Biológico. Será en todo caso, una indicación del Psiquiatra o del Neurólogo Infantil y no de los expertos en el Tratamiento Biológico.

CHAT: Checking Autism in Toddlers

DETECCIÓN TEMPRANA DE AUTISMO, TRASTORNO GENERALIZADO DE CONDUCTA Y DIFICULTAD DE APRENDIZAJE EN NIÑOS PEQUEÑOS

Cada respuesta negativa cuenta como un punto.

SECCIÓN A: Preguntas a los Padres
  1. ¿Sonríe en respuesta a la sonrisa del adulto?
  2. ¿Hace pucheros cuando ve llorar alguien?
  3. ¿Cambia de expresión al cambiar la del adulto?
  4. ¿Normalmente mira a los ojos cuando se le habla?
  5. ¿Pide objetos señalando con el índice?
  6. ¿Mira al sitio que le señala el adulto?
  7. ¿Señala con el índice para mostrar interés, compartir...?
  8. ¿Muestra, ofrece o da objetos o juguetes para iniciar una actividad con adultos?
  9. ¿Intenta atraer la atención hacia su propia actividad?
  10. ¿Se alegra al ver a sus padres tras una ausencia y se disgusta ante extraños?
  11. ¿Disfruta con juegos interactivos (cinco lobitos...)?
  12. ¿Parece ignorar a las personas y/o prefiere estar solo?
  13. ¿Se ha sospechado sordera y/o parece que oye unos sonidos y otros no?
  14. ¿Suele buscar consuelo?
  15. ¿Realiza movimientos repetitivos (balanceos, aleteos, giros, etc.)?
  16. ¿Juega apropiadamente con un coche imitando el ruido del motor?
  17. ¿Juega a hacer como si bebiera de una taza (vacía) o da de comer a una muñeca?
  18. ¿Se interesa por otros niños?

SUMA: _____

SECCIÓN B: Observaciones de Los Pediatras

  1. ¿Establece fácilmente contacto ocular con usted?
  2. ¿Mira, dirige su atención a donde tú le señalas?
  3. Si le ofrece una muñeca y una cuchara ¿Le da de comer?
  4. ¿Reacciona apropiadamente a sonidos diversos?
  5. ¿Realiza repetidamente algún movimiento físico?
  6. ¿Acepta gustoso jugar a juegos de tipo interactivo?
  7. ¿Si se le pregunta por la localización de algún objeto
    muy conocido, ¿lo señala?

SUMA: _____

Valoración

Sección A: Entrevista a los padres

  • Entre 0 y 5............ Puntuación normal.
  • Entre 2 y 8............ Posible retraso mental, no autista, hacer seguimiento.
  • Entre 9 y 18.......... Posible autismo, derivar a especialista.

Sección B: Observación de los pediatras

  • Entre 0 y 3......... Puntuación normal
  • Entre 4 y 7......... Derivar a especialista (sobre todo, sí coincide con puntuación superior a 8 en la sección A)

    De esta forma podremos tener una información precisa, que nos hará anticipar a un posible Autismo-TDHA incipiente.

¿Tiene mi hijo Autismo?

La incidencia de Autismo y TDHA, ha crecido en los últimos 15 años de 1:1000 a 1:160.
El incremento se debe evidentemente, a causas externas como la contaminación.
El Autismo-TDHA ha tenido que sufrir un largo proceso, que no ha concluido aún, para ser considerado un síndrome tratable con otras técnicas que no incluyen los neurolépticos ni sustancias que afectan directamente el sistema nervioso central. El Tratamiento Biológico (TB), es un intento firme, que se sostiene desde hace 20 años, en el reconocimiento que hay otra forma de hacer las cosas. Para su efecto, se iniciaron una serie de protocolos para valorar la edad ideal en la que se puede obtener información fidedigna de un posible caso de Autismo-TDHA. A tal efecto, nació el CHAT.

Este instrumento diagnóstico, es utilizado en la actualidad por médicos, enfermera y padres, para el diagnóstico precoz de casos de Autismo y TDHA, pudiéndose aplicar en niños desde los 18 meses de edad.

Trastorno Tóxico

Desde el inicio del ARI (Autism Research Institute), se consideró en la posibilidad de causas externas que estimularan la aparición o el empeoramiento en el Síndrome Autista. El tiempo nos ha dado la razón. Un número siempre más alto de niños, presenta un volumen importante de metales tóxicos dentro de sus células, siendo el Mercurio, el metal que hayamos con mayor frecuencia.


El descubrimiento de unas proteínas llamadas Metalotioneínas, indujo a pensar que podrían ser la causa de la falla en la eliminación de estos metales tóxicos.

Las Metalotioneínas, son proteínas que tienen la función de arrastrar los metales pesados hasta el hígado, donde por un proceso complejo, llamado metilación, donde participa activamente el mineral azufre, logra deshacerse de la mayor parte de los metales tóxicos (conocida como metil-sulfatación hepática).

Parece haber en los niños, un déficit cuantitativo o cualitativo, es decir, no logran producir suficiente cantidad de la proteína, o la producen de mala calidad, que no logra realizar su cometido.

Varios estudios realizados en diversos países, incluyendo España, revelan déficit de esta proteína, aunque no en todos los casos.

Queda evidenciado, de todas maneras, que la eliminación de los metales pesados, por medio de la terapia de Quelación, lleva a una mejoría, a veces notable, en la evolución de todos los casos. Dejando esto entrever la directa relación que hay entre la intoxicación por metales pesados (Hg) y el Autismo-TDH.

lunes, 1 de junio de 2009

Trastorno Enzimático

Las enzimas (vitaminas), son sustancias indispensables para la aceleración de los procesos biológicos. Sin ellos, y sin sus colaboradores, las co-enzimas (minerales), no sería posible la realización de las funciones corporales.

Debemos recordar que la transmisión nerviosa se realiza a la velocidad de 3 metros por segundo. Es decir a una velocidad que le permite al hígado, por ejemplo, realizar 2.600 reacciones en un solo segundo. Por tal motivo, es indispensable que las células contengan todos los nutrientes necesarios.



El déficit enzimático que se observan en los niños con Autismo o TDHA, son múltiples. Van desde deficiencias importantes de vitaminas como las B12, B6, B1, D1,25, C, E, PP y de minerales como el Zinc, Molibdeno, Germanio, Selenio, Magnesio, Azufre, Cobalto, entre otros.

Existen relaciones directas entre las vitamina y los minerales, a tal punto que actúan solo si están en combinación, de lo contrario se crea una deficiencia importante en la función de ese órgano. Ese es el caso de la combinación Vit B6-Zinc. Estas dos sustancias actúan estimulando la producción de enzimas digestivas, que ayudan a la digestión correcta de los alimentos y por otro lado, estimulan la producción de neuromediadores (sustancias que sirven para estimular o deprimir la actividad de una neurona).

Parece haber una deficiencia, probablemente de tipo genética, en la producción de determinados grupos de enzimas, aunque esto aún no ha sido probado.
Lo que si es un hecho, es que al reponer estas deficiencias, se consiguen mejoras en todas las actividades orgánicas, siendo la neurológica y la intestinal las más afectadas.

Sindrome de Intestino Permeable

Lo alimentos que no han tenido tiempo a ser procesados en el intestino, o por fallas enzimáticas, como veremos más adelante, penetran a los vasos sanguíneos, es decir al sistema circulatorio. Se trata de macro-moléculas que son interpretadas por el sistema de defensa como antígenos enemigos que hay que destruir. Las células inmunológicas inician la fabricación de anticuerpos contra esos alimentos, produciendo una verdadera crisis alérgica o de intolerancia, con la consecuente producción de síntomas como intranquilidad, insomnio, hiperactividad o estereotipias (movimientos repetitivos).

Aún así, la mayor causante de hiperactividad es reconocida en la Cándida Albicans o en cualquiera de sus serotipos (siendo la Parapsilosis la más temida). Este hongo tiene la peculiaridad de producir no menos de 5 sustancias tóxicas, todas ellas con efectos sobre el sistema nerviosos central, entre las cuales, la Arabinosa, juega un papel fundamental. Se ha reconocido en la secuencia molecular de la Arabinosa, una similitud asombrosa con la molécula de los anfetamínicos, sustancia conocida por todos, por sus extremos efectos excitantes.

Por su parte, los Clostridius, son bacterias altamente agresivas cuando decaen las defensas intestinales. Si estas reciben alimento, provenientes de azúcares como la lactosa, darán como consecuencia residuos altamente irritantes para la mucosa intestinal, como son el ácido láctico y el hidrógeno. Al tocar la pared intestinal, estas sustancias estimularán la producción de moco, el cual, en un intento de protegerla, cubrirá progresivamente toda la pared intestinal, produciendo una capa impermeable a los nutrientes que recibe el niño, como vitaminas, minerales, aminoácidos y antioxidantes. Todo ello producirá una progresiva desnutrición celular, empeorando las funciones de todos los órganos y sistemas, desde el nervioso al gastrointestinal, del inmunológico al glandular.



Hay que reconocer entonces, la importancia que tiene la eliminación de la Cándida y de los Clostridium. El equilibrio intestinal, donde prolifere la flora normal, es la base del Protocolo Biológico para el Autismo y TDHA.

Trastorno Inmunológico

En las revisiones de los casos documentados, realizadas en los últimos 15 años, se ha llegado a la conclusión que el trastorno de la inmunidad es la base de todo el proceso neurológico.

La presencia de virus lentos, como el Sarampión, Ebstein Barr, Citomegalovirus o Herpes, están presentes en muchos de los casos. Igualmente, la presencia de mercurio (Hg) en casi el 90% de los niños, implica una alteración en la respuesta de defensa, siendo todos ellos, elementos extraños que deben ser eliminados y para lo que nuestro sistema de inmune no está preparado.

La mayor concentración del sistema inmune debe estar a nivel de la mucosa intestinal, debido a que esta es la puerta grande de entrada del mundo exterior a nuestro organismo. La “fuga” de células inmunológicas hacia las zonas invadidas por virus lentos o metales tóxicos, deja al intestino sin defensas suficientes para combatir la agresión de hongos (como la Cándida Albicans) o bacterias (como los Clostridium), que habitualmente se encuentran circulando libremente.
En un intestino sano, por la presencia de una fuerte inmunidad local, los hongos y bacterias no se acercan a la mucosa. Serían destruidos por las defensas presentes. En el caso de los niños (o adultos) con este trastorno inmunológico, deberán soportar las consecuencias de esta terrible invasión, conocida actualmente como Colitis Autística.
La mucosa se encuentra inflamada por la agresión de estos gérmenes, que en el caso de la Cándida, penetra la mucosa con sus raíces, favoreciendo la entrada de alimentos mal digeridos. Este proceso es conocido como Síndrome de Intestino Permeable.



¿Qué es el Autismo?



En la actualidad se entiende por Autismo un proceso múltiple, constituido por 3 elementos básicos:


TRASTORNO INMUNOLÓGICO
TRASTORNO TÓXICO
TRASTORNO ENZIMÁTICO

Al igual que tres esferas entrelazadas, de la misma forma se considera en la actualidad el Síndrome Autista. Una mezcla de los tres factores mencionados serían la base de la patología y así mismo los puntos de partida de las diversas fases del Protocolo Biológico.

A pesar que hasta ahora no ha sido demostrado con certeza ningún gen directamente relacionado con todas las alteraciones presentes en el Autismo, parece ser que sí existen por lo menos algunas alteraciones en este ámbito.

Personalmente pensamos que el trastorno de base es una geneto-enzimopatía y no una neuro-enzimopatía, es decir que se trata de trastornos profundos que envuelven las enzimas más que deficiencias neurológicas estructurales.