lunes, 8 de junio de 2009

Resultados

¿Cuando veremos resultados?
Es una pregunta que la oímos constantemente, pero lamentablemente no tenemos a la disposición ninguna analítica que hable de pronóstico.

Es importante aclarar a todos los padres, que el Tratamiento Biológico (TB), es un proceso largo que se verá afectado por la velocidad de función hepática individual, es decir, que cada uno de nosotros tiene una determinada velocidad de producción, eliminación y procesamiento hepático.

Por este motivo, la evolución que se observa en los niños es tan dispar. Algunos alcanzan una mejoría sorprendente en el giro de un año o año y medio, mientras que otros lo hacen en el doble de tiempo y solo pocos en la mitad de ese período.

Existen de todas maneras, evoluciones satisfactorias que a veces son sorprendentes, una vez iniciada la dieta libre de Glúten y Caseína. Esto es lo que ha llevado a muchas familias a iniciar el tratamiento por su cuenta, pero al llegar al primer escollo, no saben cómo seguir o se ven envueltos en una saga interminable de información que hace perder el tiempo a los pequeños y dificulta el tratamiento posterior.

En líneas generales, los primeros beneficios del TB suelen verse a los pocos meses o semanas de iniciado. Luego suele haber un momento de “parada” que puede llevar algunas semanas. En este momento es donde se deben realizar los cambios cruciales en el tratamiento e individualizar cada caso. Veremos cambios a veces sutiles y a veces más claros en la mayoría de los niños, cambios lentos, pero sostenidos en el tiempo.

Es crucial en esta etapa, contar con el apoyo de estimulación neuro-sensorial adecuado para cada caso, ya que en esta etapa es cuando el niño tiene mejor feed-back, es decir mejor captación del entorno y mejor respuesta consecuente.

Siempre aconsejamos a los padres, no desesperar, porque los niños tendrán sube y bajas como en “diente de sierra”, pero siempre hacia arriba, hacia la mejoría.

Lamentamos no poder contar en la actualidad con método objetivo que nos dé el pronóstico anticipado, es decir, antes de iniciar el tratamiento. Esto es debido a que la componente genética, que evidentemente está presente, no es del mismo grado en todos los niños y eso dificulta la apreciación a futuro de la evolución del problema.

Otro elemento que hay que tener en cuenta es la edad del niño y el sexo. Suelen evolucionar más rápidamente los varones menores de 6 años. Esto no quiere decir, que excluimos a priori las niñas y los mayores de esa edad. Estos dos últimos grupos, han tenido también excelentes evoluciones y algunos han logrado salir del autismo.

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