¿EXISTE ALGUNA POSIBILIDAD DE MEJORA CON ESTE TRATAMIENTO?
La respuesta a esta pregunta puede y debe ser un ¡SÍ!
En el transcurso de todos estos años, hemos visto llegar niños con diagnósticos sombríos, donde no cabría ningún tipo de terapia posible. Estos niños mejoraron con el Tratamiento Biológico.
Estamos lejos de querer crear falsas expectativas, pero sería deshonesto decir que los niños no mejoran. Sería aún más deshonesto si dijéramos que a algunos niños, sus propios neurólogos les han quitado el diagnóstico inicial de “Autismo”, por considerarlo otro tipo de patología: “…si se ha curado, entonces no era autismo” es la frase que recurre en nuestra consulta. Lo cierto es que nos llegan con ese diagnóstico, ¡no lo damos nosotros! Y al final de la terapia se encuentran cambiados, como así lo revelan padres, educadores y hasta neuroterapeutas.
El Tratamiento Biológico se basa en elementos naturales, tratando de dar una segunda posibilidad al cerebro de responder e integrarse. Todo bajo la luz objetiva de las analíticas, donde cada paso es explicado exhaustivamente.
Si bien la experiencia que hemos adquirido, nos daría la posibilidad de anticiparnos con las terapias, esto nunca lo hemos hecho y nunca lo haremos, por respeto a los padres y sobre todo al niño, que se merece ser tratado como un ser individual y no como un mero número estadístico, donde todos reciben lo mismo y donde el margen de error y de complicaciones se multiplica enormemente.
No hay que temer al Tratamiento Biológico, hay que temer el no hacer nada por el niño, hay que temer el tratarlo por su cuenta, hay que temer el ponerse en manos de personas no capacitadas.
La respuesta a esta pregunta puede y debe ser un ¡SÍ!
En el transcurso de todos estos años, hemos visto llegar niños con diagnósticos sombríos, donde no cabría ningún tipo de terapia posible. Estos niños mejoraron con el Tratamiento Biológico.
Estamos lejos de querer crear falsas expectativas, pero sería deshonesto decir que los niños no mejoran. Sería aún más deshonesto si dijéramos que a algunos niños, sus propios neurólogos les han quitado el diagnóstico inicial de “Autismo”, por considerarlo otro tipo de patología: “…si se ha curado, entonces no era autismo” es la frase que recurre en nuestra consulta. Lo cierto es que nos llegan con ese diagnóstico, ¡no lo damos nosotros! Y al final de la terapia se encuentran cambiados, como así lo revelan padres, educadores y hasta neuroterapeutas.
El Tratamiento Biológico se basa en elementos naturales, tratando de dar una segunda posibilidad al cerebro de responder e integrarse. Todo bajo la luz objetiva de las analíticas, donde cada paso es explicado exhaustivamente.
Si bien la experiencia que hemos adquirido, nos daría la posibilidad de anticiparnos con las terapias, esto nunca lo hemos hecho y nunca lo haremos, por respeto a los padres y sobre todo al niño, que se merece ser tratado como un ser individual y no como un mero número estadístico, donde todos reciben lo mismo y donde el margen de error y de complicaciones se multiplica enormemente.
No hay que temer al Tratamiento Biológico, hay que temer el no hacer nada por el niño, hay que temer el tratarlo por su cuenta, hay que temer el ponerse en manos de personas no capacitadas.
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