lunes, 1 de junio de 2009

Sindrome de Intestino Permeable

Lo alimentos que no han tenido tiempo a ser procesados en el intestino, o por fallas enzimáticas, como veremos más adelante, penetran a los vasos sanguíneos, es decir al sistema circulatorio. Se trata de macro-moléculas que son interpretadas por el sistema de defensa como antígenos enemigos que hay que destruir. Las células inmunológicas inician la fabricación de anticuerpos contra esos alimentos, produciendo una verdadera crisis alérgica o de intolerancia, con la consecuente producción de síntomas como intranquilidad, insomnio, hiperactividad o estereotipias (movimientos repetitivos).

Aún así, la mayor causante de hiperactividad es reconocida en la Cándida Albicans o en cualquiera de sus serotipos (siendo la Parapsilosis la más temida). Este hongo tiene la peculiaridad de producir no menos de 5 sustancias tóxicas, todas ellas con efectos sobre el sistema nerviosos central, entre las cuales, la Arabinosa, juega un papel fundamental. Se ha reconocido en la secuencia molecular de la Arabinosa, una similitud asombrosa con la molécula de los anfetamínicos, sustancia conocida por todos, por sus extremos efectos excitantes.

Por su parte, los Clostridius, son bacterias altamente agresivas cuando decaen las defensas intestinales. Si estas reciben alimento, provenientes de azúcares como la lactosa, darán como consecuencia residuos altamente irritantes para la mucosa intestinal, como son el ácido láctico y el hidrógeno. Al tocar la pared intestinal, estas sustancias estimularán la producción de moco, el cual, en un intento de protegerla, cubrirá progresivamente toda la pared intestinal, produciendo una capa impermeable a los nutrientes que recibe el niño, como vitaminas, minerales, aminoácidos y antioxidantes. Todo ello producirá una progresiva desnutrición celular, empeorando las funciones de todos los órganos y sistemas, desde el nervioso al gastrointestinal, del inmunológico al glandular.



Hay que reconocer entonces, la importancia que tiene la eliminación de la Cándida y de los Clostridium. El equilibrio intestinal, donde prolifere la flora normal, es la base del Protocolo Biológico para el Autismo y TDHA.

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